miércoles, 24 de febrero de 2010

El atuendo depende del lugar


En la actualidad, requerimos utilizar diversos atuendos, dependiendo de los acontecimientos. Existen algunas reglas de protocolo que se deben seguir, de acuerdo al lugar y a las circunstancias en las que se asistirá.
Ocasiones formales.
Las ocasiones serias exigen un traje apropiado. Ropa obscura con accesorios de alto contraste, generalmente un traje oscuro y una camisa blanca con una corbata discreta y zapatos negros. Estos lugares pueden ser las cortes, algún lugar de alabanza y las reuniones ejecutivas con altos mandos. Es preferible tener cuidado a la hora de elegir la vestimenta para estos lugares, ya que no será conveniente que, al verse muy casual, le resten importancia a su presencia.

Viajes.
Es recomendable ir bien vestido y con las prendas adecuadas cuando viaja y sobre todo si se trata de un viaje de negocios. De esta forma se hará saber a las personas con que se tiene contacto que usted es una persona respetable, que pagará tanto las cuentas como las propinas de manera apropiada. Es un hecho. Si utiliza traje o corbata en la mayoría de las ocasiones, será tratado con mayor respeto.
En casa.
Las prendas más casuales e informales pueden utilizarse en un lugar en el que sienta que está lo más cercano a lo que sería su casa. Los zapatos negros pueden sustituirse por cafés, los trajes obscuros por claros, las telas lisas por telas más texturizadas. Dentro de casa, puede utilizar cualquier prenda de vestir, pero solamente estando en la comodidad del hogar; pero cuando tenga invitados, su hogar se estará convirtiendo en un lugar público. Por lo que concierne a la comodidad de los demás, deberá crear un ambiente confortable para ellos. Esto implica que arreglarse un poco más y de acuerdo a la vestimenta de los invitados, hará que ellos se sientan como en casa.

Boda en la playa. Si se le hizo una invitación para una boda de este tipo, se recomienda que utilice prendas en color claro, un traje ligero o una camisa blanca de lino.

jueves, 18 de febrero de 2010

El arte de pedir favores

Muchas veces pedimos favores sin considerar las implicaciones que estos conllevan. Para algunas personas, puede existir una ambivalencia en relación a ellos. Por muy duro que parezca, el pedir un favor, aunque sea con amabilidad, es generalmente una imposición. Puede ser la solicitud injusta de algún privilegio y, finalmente, cuando recibimos un favor estamos a mayor o menor medida en deuda con aquellos que nos lo otorgan.

Por estas razones es muy importante pensar dos veces antes de pedir un favor. Esto no quiere decir que no debamos hacerlo, simplemente hay que buscar una solución antes de causar molestias a otros.

El pedir favores con frecuencia nos limita a buscar alternativas. El resolver los problemas con autonomía nos da mucho más satisfacción.

Antes de solicitar un favor, debemos tomar en cuenta el trabajo que daremos a la persona a la que lo solicitamos. Hay favores que no tienen tantos inconvenientes, como el llevar a un compañero de trabajo de regreso a su casa cuando es vecino tuyo, pues finalmente tomarás el mismo camino; pero también existen los que afectan a otros en diferente medida. Por ejemplo, el pedir a tu compañero de trabajo que te lleve a tu casa cuando va hacia otro rumbo.

Las implicaciones son mayores ya que podría tener un compromiso y llegue tarde a él por el desvío o algunas otras implicaciones en torno al favor que estás solicitando. En este caso, debes tomar en cuenta que tu deuda con él será mayor y estar consciente que deberás pagarlo en algún momento, ya sea que él te lo solicite o que tú se lo ofrezcas.

Es muy importante que consideres cómo afectarás a otra persona al pedirle que te haga un favor, y la misma consideración debes tener si la persona te ofrece el favor, pues siempre habrán implicaciones de por medio; por lo que es elemental que primero busques tus alternativas para resolver el problema antes de causar molestias a otros.

Los favores con los amigos.

Algunas personas sienten que los amigos están para hacer favores. La amistad no se basa en lo que uno pueda obtener de los amigos, sino en los momentos que se disfrutan con ellos. Es común que se den como intercambio, pero es relevante que exista reciprocidad en ello. El que primero trates de resolver tus problemas y solicites el favor como último recurso, también aplica con los amigos,

“Nunca pidas a un amigo un favor que tú no estarías dispuesto a hacer por él”

jueves, 11 de febrero de 2010

Los colores incitan los sentidos


¿Algunas veces te has probado una prenda de vestir que te ajusta muy bien pero no acaba de convencerte?

No siempre lo percibimos en una primera impresión, pero muchas veces lo que no nos hace lucir bien es el color de la prenda.

Los colores forman parte de nosotros, pueden favorecernos o perjudicarnos.
El estudio del color resulta muy extenso. Se habla de la forma en que se reacciona emocionalmente hacia ellos, pero lo resumiremos al entendimiento básico para que puedas utilizarlos adecuadamente en tu vida.

El color incita nuestros sentidos. Nuestra mirada apunta hacia el color. En la zona del cuerpo en donde coloques el color, la mirada se mantendrá fija por mayor tiempo que en las zonas en donde no lo haya. Por esta razón, es preferible utilizar el color en accesorios o prendas de vestir cerca de las zonas que deseas destacar, dando prioridad al rostro, ya que el color será el punto focal en nuestras prendas de vestir.

¿Cálidos y Fríos?
Por su temperatura, los colores se dividen en cálidos y fríos. Para comprender de forma simple estos términos, piensa en el calor y los colores que lo rodean: amarillos, naranjas…Y en el frío, como la nieve y los tonos azules en los glaciares…

También deberás tomar en cuenta el valor, lo que hace que el color sea más claro o más obscuro. Se determina por la cantidad de blanco o negro que contenga; y la intensidad, que es el grado de pureza del color, en donde se ubican los colores brillantes y los mates.

Los colores crearán un determinado balance. Así, podrás seleccionar cuál se verá mejor en tu cabello, tu maquillaje y las prendas de vestir cerca de tu rostro.

Una habitación pintada de negro crea la ilusión de ser más pequeña. Cuando utilizas pantalones negros, tu silueta lucirá más delgada que si usas blancos.
Las personas miramos los colores brillantes primero.
Ya sea en tu cabello, en tu maquillaje o prendas de vestir utiliza colores claros en las áreas que quieras ampliar y que deseas que atraigan más la atención y utiliza colores obscuros en las zonas a las que no desees atraer la atención o que quieras que luzcan más pequeñas.

jueves, 4 de febrero de 2010

El poderoso impacto de nuestra imagen


Mi amiga Adriana envió a su hija Mónica de 22 años a estudiar al extranjero. A su regreso, platicó a sus padres a cerca de su nueva conquista. Un hombre encantador, sumamente preparado, inteligente, culto, amante de la música, creativo y divertido. Como padres, su inquietud por conocer al galán en cuestión se vio atropellada justo en el momento en que ella, entusiasmadísima, sacó de su cartera la más reciente foto de su príncipe azul.


Pero ¿Por qué los padres se habrán paralizado si ella les habló de sus múltiples cualidades?


Éste es un claro ejemplo del Poderoso Impacto de Nuestra Imagen.


Para muchas personas, la imagen no representa un factor relevante, pero tal vez no se han dado cuenta que a través de ella proyectamos nuestra personalidad, nuestros valores, intereses, roles y en ocasiones, nuestras metas. La forma en que nos esmeremos en nuestro arreglo atraerá la atención positiva o negativa de quienes nos rodean. Nuestra imagen es nuestra proyección ante los ojos y mentes de los demás.


Retomemos la historia de mi amiga Adriana. La hija platica a sus padres del hombre al que conoció, pero sin embargo, el paquete de cualidades al que hace referencia tiene una envoltura distinta. ¿Habrán tenido la misma reacción?


¿Cómo nos percibimos a nosotros mismos?

Mediante nuestra auto-imagen. En combinación con todas nuestras características, tanto físicas como psicológicas y tomando en cuenta nuestros valores, actitudes, personalidad, talento y habilidades; podemos hacer que nuestra imagen trabaje de forma positiva o negativa. Es la representación de cómo

nos miramos de adentro hacia fuera y lo que queremos proyectar del interior al exterior.

El magnetismo de nuestra auto-imagen es el que determina la atracción hacia ciertas prendas de vestir de manera consistente, así proyectamos la imagen que tenemos de nosotros mismos y la forma en la que deseamos ser percibidos por los demás.


Nos vestimos de adentro hacia fuera. Si tenemos un concepto erróneo sobre nuestro ser

psicológico o social, nuestra forma de vestir y nuestro arreglo enviarán mensajes confusos tanto para nosotros como para los demás, obteniendo reacciones negativas.


¿Cómo queremos que los demás nos perciban?

Al pensar que nuestra imagen está trabajando continuamente en cualquier ámbito y al vestir apropiadamente de acuerdo a nuestra personalidad, nuestros valores e intereses; a la ocasión y al proyecto que tengamos en mente; será más sencillo integrarnos a un grupo o lograr nuestros objetivos.

Al vivir en una sociedad compleja y competitiva, debemos identificar el impacto de nuestra apariencia y la impresión que creamos a cerca de nosotros mismos.