jueves, 29 de abril de 2010

Un pequeño lujo para tus pies


Si deseas adquirir un calzado para toda la vida, entre las firmas más famosas para caballero destacan las inglesas, por lo que el visitar Northampton, un distrito local de Inglaterra, será una gran experiencia para tus pies.

La característica primordial de este calzado es que son zapatos hechos a mano por artesanos muy calificados, con pieles seleccionadas e impecable curtición, de aquí el origen de su prestigio. El precio de un par de zapatos, puede variar entre 225 y 400 libras. Este calzado puede tener una duración entre 20 y 30 años, dependiendo del uso y de su cuidado, y la mayoría de las firmas ofrecen un excelente servicio de reparación e inclusive, de restauración.

La corona la lleva la zapatería bespoke, el calzado personalizado y hecho a la medida. El costo es mucho más elevado, ya que parte de los 2.500 euros, pero se trata de verdaderas obras de arte, por la piel empleada, la realización de la horma, centrado, montaje y perfecto acabado.

Crockett & Jones Es una tienda de zapatos que se encuentra en Jermyn street, fundada en 1879 por Charles Jones y James Crockett, en Northampton. Es un calzado de excelente calidad que cuenta con una gran variedad de estilos como oxfords, loafers y monks. Los zapatos Handgrade, son de un nivel superior ya que cuentan con suela de roble y los Cordovan, están elaborados con piel de caballo.

Tricker´s Esta mítica marca de zapatos cuenta con la distinción del Príncipe Carlos. Situada también en Northampton, fue fundada por Joseph Tricker en 1829. Sus colecciones más destacadas son la Jermyn Street, la 1829, la City y la Country.

John Lobb
Puede que sea el máximo exponente en lo que se refiere al zapato a medida. Se encuentra ubicada en el número 9 de St. James, en Londres. La calidad de su calzado se ve reflejada desde el momento en que los zapatos no se fabrican sin previa prueba.

Church Es una marca fundada en 1921 en Inglaterra y en 1930, en la Madison Avenue de Nueva York. Probablemente existan zapatos mejores o más ingleses, pero para la mayoría, es la marca inglesa más reconocida y sigue teniendo la calidad detallada de la confección inglesa.

Edward Green Probablemente se trate de los zapatos más exclusivos. Se fundó en 1890 y obtuvo la fama de fabricar los mejores zapatos de Inglaterra.

George Cleverley. George Cleverley fue uno de los mejores zapateros bespoke de Londres. Empezó a diseñar sus propios modelos en los años cincuenta y tiene un establecimiento en el distrito de Mayfair. Su fama la consiguió al hacer el calzado Cleverley, un zapato con punta de cincel muy elegante. Hoy continúa con su arte bespoke, y a la vez, ofrece calzado listo para usar.

jueves, 22 de abril de 2010

Lo que dicen tus hijos de ti.

Era el día de campo del kínder de mi hija, como una celebración de la llegada del conejo de Pascua. El extenso jardín estaba dividido por un área de juegos y la zona de los manteles en que colocamos nuestros alimentos.

La charla entre mamás se tornaba amena. Una de ellas tomó su vaso para darle un sorbo al agua de jamaica, cuando un balonazo acertó a su mano, derramándole el líquido rojo en la ropa. El niño muerto de risa, recogió el balón y siguió jugando en la misma zona, pero esta vez atinó a la ensalada de atún que se encontraba sobre el mantel.

El grupo de señoras nos comenzamos a sentir incómodas, esperando que la mamá del futbolista, hiciera algo al respecto. Fue entonces cuando una de las nanas del kínder llamó la atención del pequeño y le mostró el lugar en el que debería estar tirando su balón. La mamá del niño, simplemente rió.

Recordé una de las frases que mi madre suele tener guardadas en su baraja de sabiduría: “los niños maleducados tienen muchos padres”, y en este contexto, hice valer al comodín.

La aceptación de nuestros hijos en sociedad, depende mucho de la forma en que los padres nos preocupemos por inculcarles el respeto y la consideración con los demás. No basta con decirles lo que deben hacer, nosotros debemos predicar con el ejemplo. El comportamiento de nuestros hijos, habla mucho de nosotros.

Si deseamos que saluden a las personas con cortesía, que nos vean hacerlo. No esperemos que tengan buenos modales en la mesa, si nos ven limpiando con la boca la mermelada que quedó en el cuchillo o hablando con la boca llena. Si sueltan un eructo, explicarles que deben ofrecer una disculpa, así como masticar con la boca cerrada o no hacer ruidos al tomar líquidos, aún cuando usen el popote.

En los lugares públicos, solicitar que apaguen el sonido de su video juego; que no griten ni corran de un lado a otro, sobre todo si se trata de un restaurante, ya que pueden molestar a los comensales o propiciar algún accidente. Ceder su asiento a una persona embarazada o mayor; los pequeños pueden sentarse en nuestras piernas o en el suelo.

Tienen que observar que el pedir las cosas por favor y dar las gracias, son elementales en una actitud de cortesía, principalmente cuando nosotros las referimos a ellos.

Si pretendemos ser los únicos padres de nuestros hijos, no debemos olvidar que la buena educación comienza en casa y que predicar con el ejemplo es la mejor herramienta.

Los buenos modales son clásicos: nunca pasarán de moda.

jueves, 15 de abril de 2010

La Informalidad… un golpe bajo a la consideración


Esta es una historia que seguramente no será desconocida para usted.

Con tantos cambios de voltaje y aún contando con regulador, se descompuso el refrigerador.

Llamé por teléfono al técnico calificado que ha reparado los aparatos eléctricos en casa, el mismo que se presentó al día siguiente. Dio un complicado diagnóstico del daño y habló de una pieza que se tendría que cambiar. Mientras tanto, hizo una reparación temporal, en lo que supuestamente conseguiría la pieza.

La temperatura del refrigerador comenzaba a ascender y entonces había que llamarle. —Mañana voy—decía, pero nuestros parámetros de tiempo eran diferentes. Para mí el “mañana” implicaba que se hiciera de noche y de día, pero para él, que se hiciera de noche y de día como 3 o 4 veces. En el ínter, teníamos que limitarnos a comprar alimentos y regalar los que teníamos en el refrigerador para evitar que se echaran a perder. Finalmente y aunque ya le habíamos dado el pago de la pieza, optamos por acudir a otro servicio para la reparación. Nunca más volvió a llamar.

Desafortunadamente la informalidad es un mal que contagia a un sinnúmero de personas. Indudablemente relacionamos que el electricista, el técnico, el carpintero, el plomero, etc., están infectados, pero nunca debemos descartar el que cualquier persona, de cualquier nivel, pueda estar contagiada.

La informalidad genera un gran daño en la consideración con los demás. ¿Cuántas veces hemos tenido que madrugar, que cancelar compromisos o que buscar a una persona que se haga cargo de nuestros hijos, para llegar a una cita a tiempo? ¿Cuántas veces hemos tenido que desvelarnos, o que sacrificar la convivencia con la familia para entregar un proyecto en la fecha acordada?

Muchas personas no ven más allá de lo que son sus compromisos o sus ocupaciones, sin tomar en cuenta que los demás también tienen compromisos y ocupaciones y que, sin embargo, buscan el espacio para cumplir con aquéllos, paralizando sus actividades para esperar, o acelerándolas para cumplir.

En una ocasión, tuvimos una cena con unos amigos extranjeros. Había varias parejas invitadas que fueron llegando a lo largo de la noche. Nuestros amigos nos comentaron que aún no entendían el tiempo de los mexicanos, pues si citaban a una hora, llegaban minutos u horas después.

A veces se entiende que al vivir en una ciudad tan caótica, con manifestaciones, con tanto tráfico y con obras por todos lados, sea difícil cumplir con los horarios establecidos, pero también debemos tomar en cuenta que la tecnología actual nos permite tener comunicación en el lugar en el que estemos, ya sea con una llamada telefónica o con un mensaje, como una muestra de consideración con los demás.

Es mejor no comprometerse a un horario o a una fecha, si no se tiene la certeza de cumplir.
Por ello, amigo lector, le invito a preguntarse si usted también forma parte de la epidemia. La vacuna, es una dosis de consideración, que poniéndola diariamente en práctica, puede garantizarle la cura.

jueves, 8 de abril de 2010

El estilo "light" de la moda


En el festejo de cumpleaños de mi amiga Paola, varias de sus amigas le obsequiaron algunas prendas de “moda”, lo que dio la pauta para una conversación interminable de siete mujeres apasionadas en el tema. Me pareció muy interesante escucharlas ya que se trataba de un tema que figuraba ser parte de su dominio.

El estar al último grito de la moda tiene varias implicaciones que pocas personas conocen (incluidas las que se jactan de ello), ya que las prendas novedosas tienen una vida útil corta y se verán anticuadas en poco tiempo debido a las formas, líneas o colores extremos que las caracterizan.

Al hablar de moda, en una primera etapa, sabemos que son los famosos diseñadores quienes introducen los nuevos estilos, con diseños desmedidos y de uso para modelos o imágenes públicas que marcan la pauta. Estas prendas son muy costosas, generalmente son de alta costura y solamente algunos pueden tenerlas.

En la segunda etapa, se lanzan al mercado. Una vez que se cuenta con los diseños, se confeccionan tomando las ideas y modificando las prendas haciéndolas más sencillas, de alta calidad y a precios elevados. Normalmente, empiezan a aparecer en revistas de moda y los seguidores de estos estilos las adquieren. En este punto, todavía se trata de un mercado reducido, ya que se cuida mucho la calidad en la confección y no todos pueden pagar por ellas.

Posteriormente se genera la producción en masa. Los fabricantes de ropa copian los estilos cayendo en el fast fashion, en donde las prendas de vestir se producen de forma muy acelerada, dando prioridad a los diseños de moda, pero descuidando notablemente la confección. Son prendas que carecen de calidad pero los precios son mucho más accesibles. En este punto, los seguidores de la moda las adquieren, aunque su vida útil sea por corto tiempo. Son poco durables y se venden cuando los líderes de la moda ya dejaron de usarlas.

Finalmente, las prendas empiezan a verse por todas partes, los diseños se tornan anticuados y los fabricantes dejan de producirlas.

Es muy común escuchar a personas quejarse por la calidad de las prendas que adquirieron, ya que las telas suelen deslavarse o descoserse en la segunda puesta, por lo que si no se cuenta con los recursos para pertenecer a la primera o segunda etapa del ciclo de la moda, es importante evaluar si vale la pena gastar el dinero en prendas de vestir que serán desechables. Por el contrario, es aconsejable adquirir prendas clásicas de calidad que se podrán actualizar con colores, accesorios o complementos que darán un toque “light” de moda.