lunes, 20 de junio de 2011

El estilo personal

En la antigua China, el concepto de características opuestas en la naturaleza lo describen a través del Yang y el Yin. El concepto está relacionado directamente con la dominancia y subordinación, el avanzar y retroceder.

El yang representa lo dominante, lo que avanza y la asertividad. El Yin representa la subordinación, el retroceso y las cualidades receptivas.

El yin representa la delicadeza y suavidad y el Yang la fortaleza y el vigor.

El estilo personal se determina por las características físicas, de personalidad y las prendas de vestir.

Características Físicas.

Yin

Una persona Yin tiende a ser baja de estatura, su estructura ósea es pequeña, redondeada y con hombros caídos; sus facciones son pequeñas y redondeadas y la piel cuenta con una textura fina.

Yang

La persona Yang se distingue por ser alta de estatura, con estructura ósea grande, angular y hombros estructurados; Sus facciones son largas y angulares y la piel es ligeramente áspera.

Características de la personalidad.

Yin

Una persona Yin es receptiva, amistosa, informal, gentil, idealista, decidida a seguir y a complacer.

Yang

La personalidad de un Yang es asertiva, independiente, reservada, formal, realista, sofisticada y decidida; es líder y protectora.

Características en las prendas de vestir

Yin

Utiliza prendas redondeadas, con movimiento, con vuelos; los colores los prefiere claros, pasteles; Telas suaves y delgadas; cinturones pequeños, moños, encajes, etc.

Yang

Utiliza prendas estructuradas, angulares, rectas; colores oscuros, mates; telas firmes, opacas, pesadas; cinturones grandes; tablones, bandas, etc.

lunes, 6 de junio de 2011

¿Vendes credibilidad y confianza con tu imagen?

Me pidieron preparar un seminario de imagen para la fuerza de ventas femenina de una empresa internacional de tarjetas de crédito. Como lo hago con cada cliente, fui a las oficinas a observar el día en que las vendedoras se encontraban ahí, entregando las solicitudes y haciendo los trámites internos. Al platicar con el personal encargado del área, me comentaron que varias de ellas eran muy entusiastas, pero su mayor preocupación era que no lograban cerrar ventas como consecuencia de su imagen.

Efectivamente, estuve observando a algunas en particular y poniéndome en el lugar del cliente, pues parecía que no trabajaban para esta empresa, ya que los profundos escotes, las faldas tan cortas y los pantalones tan ajustados no tenían congruencia con el negocio al que representan.

Siempre que vendemos cualquier producto es muy importante generar confianza y credibilidad para que el cliente lo adquiera, y más aún si se trata de negocios que involucren el manejo directo o indirecto de nuestro dinero, como es el rubro de tarjetas de crédito.

La imagen que proyectamos al momento de pararnos frente a un cliente puede tener una fuerte influencia en que la venta se logre o no.

Por ejemplo, si se trata de una empresa de cosméticos o de cuidados de la piel, es importante que la persona que venda estos productos tenga un cuidado especial, ya que lo primero que veremos antes de comprar el producto, es cómo luce su rostro.

Si acudimos con un nutriólogo que promete que bajaremos de peso “x” número de kilos al mes, lo primero que esperamos es que la persona luzca delgada, pues si notamos que tiene sobre peso, entonces su sistema de adelgazamiento carecerá de credibilidad.

La imagen que proyectamos es una herramienta fundamental para el logro de nuestros objetivos.

Es muy importante tener en cuenta que la primera impresión que demos al cliente será la llave para abrir una buena comunicación.

Generalmente, el departamento de ventas es la carta de presentación de la compañía ante el cliente, ya que el vendedor es quien tiene el acercamiento para promover los productos o servicios de la empresa a la que representa y así, debe contar con una imagen que tenga congruencia con lo que está vendiendo. Por lo anterior, es muy importante que tanto los directivos de la empresa como las áreas de ventas estén conscientes del código de vestimenta y de las reglas de cuidado básico que deberán tener en la imagen para que exista congruencia y credibilidad con los productos o servicios que ofrecen.

miércoles, 1 de junio de 2011

Cómo conocer a la prudencia

Cómo recuerdo aquella ocasión en la que me vi en tremendo dilema. Iba en preparatoria y tenía un muy buen grupo de amigos. Entre ellos, había una pareja: Cecilia y Rodolfo, que llevaban varios años de novios.

Por alguna razón, al grupo se integró Ema, una chava mayor que nosotros quien empezó a coquetearle a Rodolfo y él empezó a caer. En algún momento me enteré de esa situación y me encontré en un gran dilema, pues Cecilia era mucho más mi amiga que Ema y también apreciaba a Rodolfo, por ser el novio de mi amiga.

La situación empezó a ser más incómoda cuando Ema me platicaba de la respuesta que Rodolfo estaba teniendo con ella y que a la vez, él siguiera con mi amiga. Yo era la única del grupo que sabía esta situación, pero no me sentía nada bien al saber que Rodolfo le estaba jugando sucio a Cecilia, así que el quedarme callada no me parecía la mejor opción.

Pensé en varias alternativas, pero siempre en la que tuviera menos implicaciones negativas y en alguna en que no lastimara a Ceci. Entonces pensé en una solución y ésta fue hablar con Rodolfo.

En cuanto tuve la oportunidad, me acerqué con discreción a él y le comenté que ya estaba enterada de lo que sucedía entre ellos. Su reacción fue ponerse colorado e inmediatamente me preguntó si Cecilia sabía algo. Le dije que era obvio que no, pero que tenía tres opciones: que él se lo dijera a Ceci, que se lo dijera yo, o que dejara de ver a Ema.

Era evidente que él no le diría nada a Ceci, así que decidió dejar de ver a Ema a quien sutilmente y por otras razones alejamos del grupo y Rodolfo y Ceci continuaron su relación, así que no hubieron mayores consecuencias.

En ese momento consideré que hice lo correcto y hoy que lo recuerdo, creo que hubiera hecho exactamente lo mismo.

A lo largo de mi vida, me he dado cuenta de que las buenas relaciones humanas se logran a través del respeto, de la honestidad y de la prudencia, pero también me he dado cuenta que muchas personas no conocen el significado de ésta última, por lo tanto tampoco la aplican en su vida.

Cuando era más joven, me encontré en situaciones que llegaron a afectar mis relaciones interpersonales, pero el trabajar siempre en ser una mejor persona, me hizo reflexionar en la importancia que tiene el ser cuidadoso para no lastimar a los demás ni a uno mismo, por lo tanto, consideré aplicar mi propia regla: “Analiza cuándo el hablar puede afectar y cuándo el callar puede afectar”.

Si te encuentras en un dilema en donde no sepas qué decisión tomar, te recomiendo que siempre pienses que lo que digas o lo que hagas sea lo que menos pueda causar daño. Si tuviste un problema con un gran amigo, procura no expresarte de forma negativa, ya que si más adelante llegan a resolver la situación, la amistad puede verse afectada por las palabras que dijiste mientras estaban molestos.

En una ocasión, mi amiga Fernanda tendría una cita a ciegas. Resultó que mi amiga Paulina conocía al galán con el que saldría Fernanda y simplemente le comentó que tuviera cuidado porque el hombre no tenía buena fama. Le sugerimos que de preferencia no le mencionara en la primera cita que conocía a Paulina.

La historia tomó un rumbo diferente cuando a Fernanda se le hizo muy fácil comentar que su amiga Paulina lo conocía y al parecer, también le hizo ver que él no tenía buena reputación. Le haya dicho o no que Paulina le hizo esa advertencia, simplemente ocasionó que, además de que él no le volviera a llamar a Fernanda, le reclamara a Paulina al día siguiente. Así que por tratar de sacar más plática, a Fernanda se le hizo muy fácil hacer lo que se le había pedido que no hiciera: decirle al galán en cuestión que conocía a Paulina y mucho menos, mencionar las referencias.

Muchas veces las personas por querer quedar bien con los demás, son capaces de dejar mal a otros, pero al final del camino, ellos son los que se desprestigian porque se les pierde la confianza, la lealtad y el respeto.

Por lo tanto la regla de oro “Analiza cuando el hablar puede afectar y cuando el callar puede afectar” es elemental para tener éxito en tus relaciones interpersonales.