viernes, 10 de febrero de 2012

Una cena con etiqueta, en San Valentín


Recuerdo con mucho cariño en mi juventud, cómo esperábamos mis amigas y yo el día del amor y de la amistad y lo que más nos emocionaba era el saber que iríamos a cenar con nuestro galán a un lindo lugar.
Pero tanto ellos como nosotras nos esmerábamos en que la salida valiera la pena, y estoy segura que si ustedes están planeando una velada inolvidable, pueden sorprender a su pareja utilizando algunos recursos que los harán quedar ¡Muy Bien!
En el Restaurante.
1. Cada uno elegirá el platillo que desea, pero es de muy buen gusto que sea él quien solicite el de ambos al mesero. Por ejemplo: ¿podría traer una sopa de tres quesos para la señora/señorita y la crema de langosta para mí? Sin embargo, si se agregará algún aderezo o se elegirá alguna opción de las guarniciones, ella contestará directamente al mesero.
2. Si se desea llamar al mesero, lo correcto es captar su mirada y hacerle una señal con la cabeza. Si se encuentra cerca de nosotros para que pueda oírnos, podemos llamarle: “disculpe, por favor ¿podría traerme…?” Seguido de un gesto cordial y de un “gracias”. Nunca se le debe chiflar ni llamar con un “psss…psss…” y mucho menos gritarle.
3. Si el mesero no se encuentra a la vista porque probablemente entró a la cocina, puedes dirigirte a algún otro o al “maitre” y pedirle cordialmente que vaya a avisarle para que te atienda.
4. Si la comida no te la han preparado correctamente, tienes el derecho de rechazarla o de devolver el plato, pero procura que verdaderamente sea por algo que valga la pena y de forma amable solicitar al mesero el cambio. Esto deberás hacerlo en cuanto te lo hayan servido o si probaste uno o dos bocados y no está bien cocinado, pero nunca cuando ya estés por terminarlo.
5. Si por desgracia aparece en tu plato un pelo o un insecto, procura tener la mayor discreción posible. Puedes llamar al mesero y señalar con una simple mirada y lo entenderá. Por ningún motivo hagas una escena que llame la atención de todos, pues no se trata de humillar a nadie y además, serás tú quien quede mal ante los ojos de los demás.
6. Si el platillo está limpio y preparado correctamente, pero no te gustó, lo correcto será conformarte con la elección y no desperdiciar la comida.
7. La propina es una gratificación por la atención recibida y es de buena educación darla. Es recomendable dejar el 10% si el servicio y la comida fueron buenos; el 15% si fueron excelentes. Si había somelier (experto en vinos) también puedes darle el mismo porcentaje.
Nunca dejes una proporción más alta del 40% pues puede resultar muy ostentoso.
Tomando en cuenta estos detalles ¡A disfrutar tu velada!