jueves, 17 de diciembre de 2009

¿Serás anfitrión? ¡Procura ser el mejor!


Estas fechas decembrinas nos invitan a festejar con los amigos, con la familia, con los compañeros y quizá nos corresponda ser anfitriones en alguna ocasión.

Desde el momento en el que nos comprometemos a tener invitados en nuestro lugar, también debemos adquirir el compromiso de ofrecerles una hospitalidad placentera.

“Los pequeños detalles hacen la diferencia”

Si durante la sobremesa decimos “puedo preparar café si quieren”, tal vez nuestros invitados no quieran causar molestias y no sugieran su preparación, pero sin embargo, si afirmamos “voy a preparar café o té, ¿alguien de ustedes desea? Entonces nuestros invitados se sentirán más cómodos y aceptarán.

Durante la botana, por ejemplo, es mejor no preguntar si alguien quiere comer algo, sencillamente debemos colocar los alimentos al alcance de los invitados para que se sientan con la libertad de servirse.

“Tus invitados no deben sentir que se deben ganar tu hospitalidad”

Si alguno de tus invitados es médico, evita enseñarle tu salpullido; o preguntarle al abogado cómo puedes demandar a tu exjefe. Recuerda que es momento de esparcimiento y tal vez quieran olvidarse de su profesión durante ese tiempo. Si deseas consultarles, entonces contáctalos posteriormente.

Nunca solicites a tu amigo el cantante o el pianista que dé un show, al menos que sepas que le gusta y que se sentirá cómodo haciéndolo frente al grupo de invitados.

Cuando eres anfitrión, tus invitados no tienen la obligación de ayudarte en la cocina, a menos que te lo ofrezcan y te sientas en confianza de aceptar dando las gracias sencillamente.

Las reglas cambian cuando tienes invitados por varios días. Entonces puedes esperar más apoyo o colaboración por parte de ellos durante su estancia.

Hay que dejar que los huéspedes realicen tareas sencillas que los hagan sentir que no se están imponiendo a ti para que puedan disfrutar mejor tu hospitalidad.

Asegúrate que tus huéspedes sepan que estás encantado de pasar tiempo con ellos, pero te cuidado de no abrumarlos con demasiada atención. Pregúntales si hay algo en particular que desearían hacer; sin embargo, tal vez quisieras seleccionar algunas actividades antes de su llegada, pensando en los intereses que tienen en común.


Como anfitrión considerado quieres que se den cuenta que no sólo estás planeando en su beneficio, sino también en el tuyo. Por ejemplo, puedes sugerir visitar la exposición en el museo que has querido ver desde hace tiempo. Este es el momento perfecto para ir, todos lo disfrutarán.

Alterna días con actividades y relajados. Saturar la agenda puede ser estresante y cansado tanto para ti como para tus invitados.

Tus huéspedes deben sentir que a pesar de estar en casa de alguien más pueden tener el control de su tiempo. En cuanto a la salida hacia algún paseo, podrías sugerir el ir juntos o el que tu huésped vaya por su cuenta si lo desea. Al mismo tiempo, siéntete libre de solicitar tiempo para ti cuando tengas compromisos que atender.

Para recargar energía, como anfitrión, algunas veces necesitarás darte un receso y estar solo. Asegúrate que tus huéspedes puedan encontrarte en caso de alguna emergencia, pero hazles hincapié en que necesitas tener tu espacio.

Finalmente, recuerda que tu objetivo al actuar como anfitrión, es lograr que conozcas mejor a tus invitados y reforzar los lasos. Nunca olvides escuchar y hablarles desde tu corazón.

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