martes, 10 de mayo de 2011

¡A reír!

¡Cómo disfruto las reuniones con la familia, con los amigos, con las personas que siempre tienen una actitud positiva y con un buen sentido del humor!

En medio del barullo de la cotidianidad y del correr día con día, es maravilloso darse un espacio para compartir un momento agradable con la familia o con los amigos. El estar rodeado de personas que piensan positivamente es muy enriquecedor para nuestro estado de ánimo, sobre todo si nos estamos dando un espacio para relajarnos, para despejar nuestra mente y para sentirnos mejor.

Y, ¿qué tal las reuniones en las que no paramos de reír? ¿Y que después de despedirnos, vamos en el coche riéndonos solos, recordando las cosas por las que nos reímos?

Esos son los momentos ideales para des-estresarnos. Numerosas investigaciones han demostrado que la risa además de ayudar a levantarnos el ánimo, relaja los músculos cuando están tensos, reduce la producción de las hormonas que causan estrés e incrementa la producción de endorfinas que, además, son los calmantes naturales contra el dolor. También se ha demostrado que el buen humor transforma emociones negativas como la ira, la ansiedad y la depresión. Cuando nos encontramos en momentos difíciles, el reírnos de nosotros mismos es una forma de hacer que nuestros problemas sean más llevaderos. Además, el reír cien veces es equivalente a hacer un ejercicio aeróbico durante diez minutos.

Aprovecha la oportunidad para convivir con tus amigos, con tu familia, con las personas con las que tengas momentos de alegría; practica sonreír a las personas con las que tengas contacto; cuando sientas agobio o estrés, intenta recordar las cosas que te hacían reír.

Recuerda que la risa se contagia y que no hay mejor compañía que la de una persona alegre.

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