miércoles, 1 de junio de 2011

Cómo conocer a la prudencia

Cómo recuerdo aquella ocasión en la que me vi en tremendo dilema. Iba en preparatoria y tenía un muy buen grupo de amigos. Entre ellos, había una pareja: Cecilia y Rodolfo, que llevaban varios años de novios.

Por alguna razón, al grupo se integró Ema, una chava mayor que nosotros quien empezó a coquetearle a Rodolfo y él empezó a caer. En algún momento me enteré de esa situación y me encontré en un gran dilema, pues Cecilia era mucho más mi amiga que Ema y también apreciaba a Rodolfo, por ser el novio de mi amiga.

La situación empezó a ser más incómoda cuando Ema me platicaba de la respuesta que Rodolfo estaba teniendo con ella y que a la vez, él siguiera con mi amiga. Yo era la única del grupo que sabía esta situación, pero no me sentía nada bien al saber que Rodolfo le estaba jugando sucio a Cecilia, así que el quedarme callada no me parecía la mejor opción.

Pensé en varias alternativas, pero siempre en la que tuviera menos implicaciones negativas y en alguna en que no lastimara a Ceci. Entonces pensé en una solución y ésta fue hablar con Rodolfo.

En cuanto tuve la oportunidad, me acerqué con discreción a él y le comenté que ya estaba enterada de lo que sucedía entre ellos. Su reacción fue ponerse colorado e inmediatamente me preguntó si Cecilia sabía algo. Le dije que era obvio que no, pero que tenía tres opciones: que él se lo dijera a Ceci, que se lo dijera yo, o que dejara de ver a Ema.

Era evidente que él no le diría nada a Ceci, así que decidió dejar de ver a Ema a quien sutilmente y por otras razones alejamos del grupo y Rodolfo y Ceci continuaron su relación, así que no hubieron mayores consecuencias.

En ese momento consideré que hice lo correcto y hoy que lo recuerdo, creo que hubiera hecho exactamente lo mismo.

A lo largo de mi vida, me he dado cuenta de que las buenas relaciones humanas se logran a través del respeto, de la honestidad y de la prudencia, pero también me he dado cuenta que muchas personas no conocen el significado de ésta última, por lo tanto tampoco la aplican en su vida.

Cuando era más joven, me encontré en situaciones que llegaron a afectar mis relaciones interpersonales, pero el trabajar siempre en ser una mejor persona, me hizo reflexionar en la importancia que tiene el ser cuidadoso para no lastimar a los demás ni a uno mismo, por lo tanto, consideré aplicar mi propia regla: “Analiza cuándo el hablar puede afectar y cuándo el callar puede afectar”.

Si te encuentras en un dilema en donde no sepas qué decisión tomar, te recomiendo que siempre pienses que lo que digas o lo que hagas sea lo que menos pueda causar daño. Si tuviste un problema con un gran amigo, procura no expresarte de forma negativa, ya que si más adelante llegan a resolver la situación, la amistad puede verse afectada por las palabras que dijiste mientras estaban molestos.

En una ocasión, mi amiga Fernanda tendría una cita a ciegas. Resultó que mi amiga Paulina conocía al galán con el que saldría Fernanda y simplemente le comentó que tuviera cuidado porque el hombre no tenía buena fama. Le sugerimos que de preferencia no le mencionara en la primera cita que conocía a Paulina.

La historia tomó un rumbo diferente cuando a Fernanda se le hizo muy fácil comentar que su amiga Paulina lo conocía y al parecer, también le hizo ver que él no tenía buena reputación. Le haya dicho o no que Paulina le hizo esa advertencia, simplemente ocasionó que, además de que él no le volviera a llamar a Fernanda, le reclamara a Paulina al día siguiente. Así que por tratar de sacar más plática, a Fernanda se le hizo muy fácil hacer lo que se le había pedido que no hiciera: decirle al galán en cuestión que conocía a Paulina y mucho menos, mencionar las referencias.

Muchas veces las personas por querer quedar bien con los demás, son capaces de dejar mal a otros, pero al final del camino, ellos son los que se desprestigian porque se les pierde la confianza, la lealtad y el respeto.

Por lo tanto la regla de oro “Analiza cuando el hablar puede afectar y cuando el callar puede afectar” es elemental para tener éxito en tus relaciones interpersonales.

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