jueves, 17 de junio de 2010

Para muestra basta un tacón…


Unas veces son plataformas, otras, de aguja; pero el tacón de nuestros zapatos se transforma en cada temporada.

Nuestra silueta sonríe cuando lucimos unos elevados tacones al estilizar las pantorrillas, las rodillas y los glúteos. Pero ojo, no todo en el tacón es virtud.

Los tacones muy elevados pueden provocar inflamaciones en los pies, lumbalgias y a lo largo del tiempo, artritis en las rodillas.

Los zapatos con puntas muy estrechas también pueden causar algunos problemas en nuestros pies, por lo tanto es muy recomendable tener un uso moderado de ambos.

El calzado ideal
Para que el calzado sea cómodo, duradero y no tengamos que sufrir los daños que pueden ocasionar con el paso del tiempo, es preferible adquirir zapatos de punta ancha, cuadrada o redonda y en los que, en tu vida diaria, el tacón no supere los cinco centímetros.

Procura que el calzado sea de piel o bien, elaborado con un tejido transpirable, evita que sea de plástico ya que tus pies pueden sudar en exceso y provocar la aparición de hongos.

El tacón de cuña o corrido es una gran opción ya que reparte la carga equilibradamente.

Si estás embarazada
Durante el embarazo no se recomienda utilizar zapatos con un tacón muy elevado y tampoco completamente plano. La mejor opción es utilizar zapatos con un tacón ancho y bajo para mejorar el soporte y favorecer la circulación sanguínea.

Para las sandalias
Si en esta época de calor decides utilizar sandalias, no olvides arreglar tus pies, ya que se convertirán en un punto focal de tu persona y los cayos, las ampollas, los juanetes y las uñas largas y con hongos podrán incomodar tanto a la persona que los tiene, como a quien los mira.

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