jueves, 8 de abril de 2010

El estilo "light" de la moda


En el festejo de cumpleaños de mi amiga Paola, varias de sus amigas le obsequiaron algunas prendas de “moda”, lo que dio la pauta para una conversación interminable de siete mujeres apasionadas en el tema. Me pareció muy interesante escucharlas ya que se trataba de un tema que figuraba ser parte de su dominio.

El estar al último grito de la moda tiene varias implicaciones que pocas personas conocen (incluidas las que se jactan de ello), ya que las prendas novedosas tienen una vida útil corta y se verán anticuadas en poco tiempo debido a las formas, líneas o colores extremos que las caracterizan.

Al hablar de moda, en una primera etapa, sabemos que son los famosos diseñadores quienes introducen los nuevos estilos, con diseños desmedidos y de uso para modelos o imágenes públicas que marcan la pauta. Estas prendas son muy costosas, generalmente son de alta costura y solamente algunos pueden tenerlas.

En la segunda etapa, se lanzan al mercado. Una vez que se cuenta con los diseños, se confeccionan tomando las ideas y modificando las prendas haciéndolas más sencillas, de alta calidad y a precios elevados. Normalmente, empiezan a aparecer en revistas de moda y los seguidores de estos estilos las adquieren. En este punto, todavía se trata de un mercado reducido, ya que se cuida mucho la calidad en la confección y no todos pueden pagar por ellas.

Posteriormente se genera la producción en masa. Los fabricantes de ropa copian los estilos cayendo en el fast fashion, en donde las prendas de vestir se producen de forma muy acelerada, dando prioridad a los diseños de moda, pero descuidando notablemente la confección. Son prendas que carecen de calidad pero los precios son mucho más accesibles. En este punto, los seguidores de la moda las adquieren, aunque su vida útil sea por corto tiempo. Son poco durables y se venden cuando los líderes de la moda ya dejaron de usarlas.

Finalmente, las prendas empiezan a verse por todas partes, los diseños se tornan anticuados y los fabricantes dejan de producirlas.

Es muy común escuchar a personas quejarse por la calidad de las prendas que adquirieron, ya que las telas suelen deslavarse o descoserse en la segunda puesta, por lo que si no se cuenta con los recursos para pertenecer a la primera o segunda etapa del ciclo de la moda, es importante evaluar si vale la pena gastar el dinero en prendas de vestir que serán desechables. Por el contrario, es aconsejable adquirir prendas clásicas de calidad que se podrán actualizar con colores, accesorios o complementos que darán un toque “light” de moda.

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